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Estamos tan conectados que la incertidumbre en una parte del mundo puede filtrarse rápidamente al resto del planeta en múltiples formas imprevistas, llegando incluso a transformarse en una crisis global.
El entorno actual supone todo un reto: nos sitúa ante la necesidad de ampliar nuestras previsiones a largo plazo y al mismo tiempo ser más ágiles y adaptables ante constantes cambios imprevistos.
La clave para responder a este entorno se encuentra en incorporar la incertidumbre a nuestra manera de pensar y planificar, gestionarla, para construir organizaciones y métodos de trabajo mucho más resilientes. ¿Cómo lo logramos? Con prospectiva.
La prospectiva es el factor clave para la competitividad de las empresas. Es la capacidad para detectar, interpretar y actuar sobre las señales del entorno, y la base para evitar o minimizar las amenazas y crear las oportunidades que nos permitirán crecer y construir nuestro futuro.